Placenta previa durante el embarazo

La placenta previa es un trastorno que se da en 1 de cada 200 embarazos (aproximadamente). Ocurre cuando, en algún momento del embarazo, la placenta se queda colocada sobre o cerca del cuello uterino, pudiendo provocar un sangrado vaginal.

Lo normal es que la placenta vaya cambiando de posición según el útero va creciendo. Al final del embarazo la placenta suele situarse en la parte superior del útero, dejando el cuello uterino despejado para que el bebé salga en el momento del parto. Si existe una placenta previa, entonces no es posible realizar un parto vaginal, ya que existe riesgo de hemorragia.

La mayoría de los casos de placenta previa aparecen en el segundo trimestre de embarazo, pudiéndose corregir por sí sola en el tercer trimestre. En caso de que al final del embarazo la placenta no se haya colocado en la parte superior del útero, entonces será necesario realizar una cesárea.

Tipos de placenta previa

  1. Placenta previa total. Ocurre cuando la placenta cubre todo el cuello uterino.
  2. Placenta previa marginal. Es cuando la placenta cubre parcialmente el cuello uterino.
  3. Placenta previa baja. La placenta se encuentra cerca del cuello uterino.

Causas y Síntomas de placenta previa

En realidad se desconocen las causas, pero se cree que existen ciertos factores que pueden provocar placenta previa, como ser mayor de 35 años, fumar, mujeres con fibromas, anomalías del útero y mujeres con cicatrices en la pared de útero (debido a cirugías, cesáreas o abortos anteriores).

El síntoma más común es un sangrado vaginal rojo fuerte que no está acompañado de dolor.

Diagnóstico y Tratamiento de placenta previa

La placenta previa se diagnostica mediante una ecografía. En una ecografía puede verse donde se encuentra colocada la placenta y si hay una porción de ella sobre el cuello uterino. La ecografía que se realiza suele ser vaginal, ya que es más precisa.

El tratamiento será según el médico lo determine. Normalmente, en embarazos donde la placenta previa ocurre en el segundo trimestre, suele corregirse por sí solo en el tercer trimestre de embarazo, cuando el útero se hace más grande.

Cuando hay placenta previa el médico suele recomendar reposo. Si hubiera una pérdida muy grande de sangre se podría realizar una transfusión. Si al final del embarazo la placenta cubre el cuello uterino, entonces habrá que realizar una cesárea.