Anticoncepción Permanente: La Ligadura de Trompas

La ligadura de trompas es una técnica de esterilización femenina permanente, que consiste en cortar o bloquear las trompas de Falopio, para evitar la llegada del óvulo al útero, de tal modo que se impida el encuentro del óvulo con el espermatozoide y, por tanto, la fecundación.

La intervención tiene lugar bajo anestesia general y se realiza por la técnica de laparoscopia, mediante una pequeña incisión a nivel del ombligo, que permitirá el acceso a las trompas para su suturación o bloqueo.

La recuperación requiere algunos días de reposo, durante los cuales su médico le recomendará no realizar esfuerzos intensos, así como la toma de analgésicos para el alivio del dolor.

Es un método permanente y efectivo desde el principio, y muestra una eficacia cercana al 100%. Como en el caso de la vasectomía, existe también una posibilidad de fallos, estimada en 1 de cada 200 mujeres sometidas a dicha intervención.

Entre los posibles riesgos de esta técnica, además de los propios de cualquier intervención quirúrgica, destaca el aumento de la probabilidad de embarazos ectópicos, que son aquellos que se producen fuera de la matriz del útero, en los cuales, el bebé no puede sobrevivir.

También se dan altos índices de arrepentimiento, por motivos psicológicos. Por esta razón, no es recomendable la intervención en el caso de mujeres jóvenes o adolescentes.

La mujer que se plantee someterse a este método de anticoncepción permanente, ha de estar muy segura de su decisión, puesto que el procedimiento quirúrgico para recanalizar las trompas de Falopio, es más complicado que en el caso de los varones, mostrando, además, un porcentaje de éxito inferior, cercano al 70 %, como valor medio.

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