Tocados por la imaginación, intentaremos comprender este viaje al inicio de la vida, a partir del primer momento, permitiéndonos la emoción ante el milagro, más allá de una simple descripción funcional y biológica. Imagina tu propia llegada a la vida o la del pequeño que, en un futuro cercano, llegará a tu familia.
Este viaje imaginario se inicia el día 14 de la ovulación el ovario, momento en que este diminuto gestor libera el componente esencial que dará vida a un nuevo ser humano. Esta delicada y microscópica semilla es el óvulo. Curiosamente, este proceso se asemeja mucho a la creación del universo, de acuerdo a la teoría del Big Bang, en que un átomo libera la energía esencial para expandir el estallido de la vida. En este caso, la liberación del óvulo produce una explosión fecunda de irradiación de vida, en una chispa de fuego creador que iniciará su viaje íntimo por el microcosmos del espacio uterino. Conmovedor viaje…
Además de su grandioso tamaño, el óvulo se constituirá en una rica célula, almacén de nutrientes esenciales para formar al futuro ser. En esta abundancia de condiciones, será transportado por las trompas de Falopio al encuentro del espermatozoide, la más pequeña y resistente de las células que conforman el organismo, una célula capaz de vencer a millones de semejantes y a otras que durante su trayecto intentarán detenerlo y destruirlo, sin lograr evitar el abrazo de vida que seguirá al encuentro con la célula femenina.
En el momento preciso en se produce la penetración del óvulo, el espermatozoide comienza a desintegrarse, produciéndose un despojo que comienza en la caída de su cola o motor propulsor, su cuerpo y finalmente su cabeza, que inicia una división de su contenido de información vital, fusionándose con el óvulo. Este asombroso suceso ha llevado a muchos a comparar el viaje del espermatozoide con el viaje de una nave espacial que llega a su destino, al producirse la comunión de ambas células de vida.
A partir del prodigio secreto de la fecundación del óvulo, iniciado el germen de la vida, se pone en curso la formación del nuevo ser, con una cadena de procesos químicos que preparan el útero para recibirlo y acogerlo en la matriz, biológica y síquica de su madre. Esta percepción nueva para muchas personas explica la disposición síquica y emocional que va creando la madre para vincularse a su hijs y proporcionarle una armoniosa y nutricia acogida, que optimizará las funciones biológicas durante su gestación.
El día 15, la madre desconoce aún que se encuentra embarazada, aunque existen vivencias excepcionales de mujeres que han percibido el momento de la fecundación y suelen experimentar certezas inequívocas al respecto, otro milagro difícil de explicar. En este primer día de minúscula vida, el pequeño ser es un disco ovalado, una maravilla de sólo 1 Mm., de sutil fragilidad y al mismo tiempo fortaleza, pues la mayoría de los procesos de fecundación se caracterizan por el fuerte arraigo a la vida.
A partir de este momento, la gestación delicada e inefable de una nueva vida se pone en camino, estableciéndose, en el vientre de la madre, uno de los misterios más inexplicables que existen en el universo y que coloca a la mujer como una portadora fundamental de la vida y de su orientación, desde el mismo segundo de la fecundación.
Aurora Cancino Bórquez
Naturópata Holística
